Esta villa es un trocito de cielo. Espectacular en todos los sentidos!
Mi familia practicaba body surf en el océano, justo delante de la casa, todas las tardes, y luego íbamos al bar Miramar, justo al lado, para ver las increíbles puestas de sol. Por último, volvíamos a nuestra lujosa casa para dormir arrullados por el sonido de las olas rompiendo en la playa. ¡Sin duda volveremos!